El poder de una postal

Siempre he sido fanático de las notas escritas a mano. Empecé a enviar postales en preescolar y mi afición ha seguido creciendo a lo largo de mi vida. Envío entre 10 y 15 postales cada vez que visito un lugar nuevo. Empecé a enviar tantos que tuve que hacer una rotación de personas para asegurarme de no dejar a nadie fuera, pero tampoco gasté todo mi presupuesto en postales.

Durante mi tiempo en el extranjero, envié más de 40 postales en 5 meses. Decidí que enviaría postales de cada lugar que visitara y también guardaría una para mí. Al hacer esto, he podido recordarles a mis amigos y familiares que estoy pensando en ellos. Es una forma barata de actualizar a la gente y demostrar que te importa. El proceso de elegir la postal para cada persona también es emocionante. Tienes que pensar en las vistas que les hubiera gustado ver y descubrir qué postal encaja con su personalidad. Suena un poco extra, lo sé, pero lo disfruto.

Ha sido divertido coleccionarlos también. Tengo una postal de cada ciudad que he visitado y una vez que regrese a casa planeo hacer un collage de ellas. Quería conseguir un recuerdo de cada lugar que fuera asequible y que significara algo para mí a lo largo de los años. Estoy muy contenta de haber podido llevar a cabo mi tradición en el extranjero y compartirla con mi familia y amigos.