Estudiar en el extranjero

Mudarse al extranjero y convertirse en miembro de una nueva comunidad y cultura es muy emocionante. La “necesidad” de hacer y ver todo de inmediato puede ser abrumadora. Preguntas como "¿cuándo debo viajar?", "¿qué otros países debo visitar?" y "¿por qué no debo saltarme las clases para ir de turismo?" pueden ocupar rápidamente la mente de uno. A través de todos estos pensamientos, uno debe tomarse un momento para dar un paso atrás y reflexionar sobre el propósito de ir al extranjero. Sí, por supuesto, uno debe disfrutar de todos los lugares de interés y experimentar la cultura, pero los estudios de uno no pueden perderse en la bruma. Si desea un equilibrio perfecto, mi mayor consejo es este: aprenda las expectativas de la clase y el formato del examen, sea muy liberal con las expectativas de compromiso de tiempo y solo entonces, planifique sus cosas divertidas.

Hago esta recomendación por experiencia personal. No, no soy un mal estudiante. No, no me salté la clase. Pero sí, podría haber evitado MUCHO estrés y días sin dormir si alguien me hubiera dicho esto desde el principio. La mayor sorpresa para mí fue que mi escuela no da exámenes parciales ni tareas. La calificación del curso está determinada por el desempeño de uno en un examen final (y no, no eran exámenes de opción múltiple; todos eran respuestas cortas y formato de ensayo) o una presentación. Además, tenga en cuenta que no todas las clases deben tener el mismo compromiso de tiempo. Algunos exámenes son fáciles, como mi curso de análisis de datos, donde podríamos traer una hoja de trucos. Otros no lo son. Tomemos, por ejemplo, mi curso de inversiones, que es el curso más difícil que he tomado en la universidad. Encontré el curso muy interesante y me sentí bastante seguro de que podría hacerlo bien con solo unas pocas horas de estudio el día antes del examen. Con toda esa confianza, realicé viajes prolongados a países cercanos y ciudades aledañas cuando estaba libre. Nunca rechacé una cena con amigos, una copa en el bar o una larga sesión nocturna de Netflix. Eso fue hasta unas dos semanas antes del examen, cuando me enteré por los estudiantes mayores que solo cinco estudiantes de unos 100 aprobaron el examen (antes de que el profesor tuviera que ajustar las calificaciones) el semestre anterior. La calma se convirtió en pánico, la confianza en miedo. Durante los siguientes 14 días y 8 exámenes, bebí aproximadamente 45 tazas de té, 12 botellas de vino, comí 6 bolsas de barras Snickers y pasé 3 noches en vela.

Por el bien de su mente y cuerpo, aprenda las expectativas y apréndalas bien. Me lo agradecerás más tarde.

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