Madrid, España

Actualmente estoy estudiando para mis tres exámenes finales de mañana, y acabo de terminar de preparar una presentación para mañana por la noche. He estado procrastinando más allá de lo creíble porque no puedo aceptar el hecho de que es hora de los exámenes finales porque una vez que terminen, me iré a casa. Es difícil de creer que fue hace apenas 4 meses cuando llegaba a mi “piso” sin aire acondicionado en Madrid, España, siendo recibido con abrazos y besos por parte de mi madre anfitriona no convencional. No puedo decir que esto haya sido fácil, ha sido difícil estar lejos de mi familia, no es que los vería mucho más en los EE. UU., pero solo sabiendo que incluso si los necesitaba o quería verlos, no era posible. — Gracias a Dios por skype. 🙂 — Y ha sido aún más difícil estar lejos de mis amigos. Pero incluso con la inevitable nostalgia que a veces enfrentaba, especialmente cuando estaba enferma o las cosas no iban como yo quería, los últimos cuatro meses han sido los mejores meses de mi vida. Tuve suerte con los dos mejores compañeros de cuarto que podría haber imaginado: nuestra madre anfitriona a veces llora cuando habla de la gran dinámica que tenemos, y una madre anfitriona que se dedica a alentarnos a ser jóvenes y aprovechar la vida. Uno de mis compañeros de cuarto es de Japón, así que he tenido el privilegio de aprender no solo sobre la cultura española, sino también un poco sobre la cultura japonesa. Mi otro compañero de cuarto es ahora uno de mis mejores amigos. Sin mencionar que mi experiencia ha sido completamente diferente gracias a ella. Ella va todos los veranos con su familia a un lugar de vacaciones en el norte de España, y ya conocía a algunos chicos de Madrid. Empezamos a reunirnos con ellos y sus amigos, y antes de darme cuenta, tenía un grupo de 20 amigos españoles para salir, tomar un café y practicar mi español. Aunque, para ser honesto, practicar mi español no es realmente una opción, porque la mayoría de ellos no pueden hablar inglés. En general, estoy muy feliz de haber tenido la oportunidad de estudiar en el extranjero. He tenido la oportunidad de viajar por toda Europa, probar comida deliciosa, conocer a algunas de las personas más geniales y enamorarme... de Madrid. Cada vez que me voy de viaje, siempre estoy lista para volver, Madrid se siente como en casa. Es una ciudad que casi nunca duerme, excepto a la hora de la siesta, algo que me costará mucho dejar de hacer cuando regrese a los Estados Unidos. He leído los otros blogs y me parece que el resto de los que estáis estudiando en el extranjero también os lo estáis pasando genial, pero ¿cómo no hacerlo? Estudiar en el extranjero no se siente como la vida real, se siente como un sueño, un momento para intentar hacer lo que nuestros corazones deseen y experimentar cosas que nunca pudimos en un semestre en casa. Espero que estén todos de acuerdo. ¡Nos vemos en enero! 🙂
-Lucy Páez

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